Queeruñxs, estamos a menos de una semana de nuestro encuentro mensual, en el que revisaremos juntxs nuestras impresiones del ensayo La difícil vida fácil: doce testimonios de prostitución masculina para posteriormente celebrar una nueva lectura por medio de bebidas espirituosas.
Por lo que estuvimos poniendo en común en nuestro grupo de whatsapp (¿aún no estás? Péganos un silbidito y te añadimos), aunque el libro presenta bastantes reiteraciones y en ocasiones llega a perder el foco del relato, pone sobre la mesa muchas cuestiones interesantes para debatir.
- “Salir de la prostitución”. ¿Qué os parece esta expresión? Vaya, esto nos posiciona directamente a favor o en contra de regularla, si bien la expresión se asemeja a la de “salir de las drogas”, con toda la carga negativa implícita. Por si queréis revisar artículos sobre la prostitución, os recomendamos los publicados en Pikara Magazine al respecto y destacamos este testimonio y nos preguntamos si esta afirmación se aplica a cualquier género:
Decir que nadie está en la prostitución porque quiere es una falacia
- Top 5 de testimonios: ¿Qué testimonio os ha dejado mayor poso de los doce? ¿Y cuál menos? ¿Nos lanzamos a subrayar un top 5?
- Función social: uno de los chicos entrevistados explica que considera que cumple una función social al permitir mantener relaciones sexuales a personas a las que les resulta complicado relacionarse. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto? ¿Debería haber otras alternativas como esta? Os recomendamos este artículo sobre asistencia sexual a personas con diversidad funcional.
- Estigma: en el libro se reitera el concepto de estigma. ¿Estáis de acuerdo? ¿Pensáis que el colectivo de trabajadores del sexo masculinos está invisibilizado? Particularmente llama la atención esta declaración:
Hay más personas ejerciendo la prostitución sin dedicarse a ello que profesionales del sexo
Os dejamos con estas cuatro ideas en el aire, queridxs. Las comentaremos en persona el próximo miércoles 23 de mayo a las 19h en el recuncho de clubs de lectura del centro Ágora. ¡No pierdas la ocasión, que habrá chicha!
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