Nunca una obra tan breve nos ofreció tanto que comentar… Ahí-ahí estuvo con A Esmorga la charla que dio de si la lectura de Para acabar con Eddy Bellegueule (recuerda que siempre procuramos elaborar una ficha del autor y unas propuestas de debate). Lo cierto es que ya llevamos dos sesiones en las que la narración recoge el descubrimiento de la sexualidad en la adolescencia, como en el caso de El amor del revés. Llegamos a la conclusión de que era un tema ciertamente recurrente en la literatura con trama LGTBQ.

Casi todas las personas presentes coincidimos en destacar que la narración pasa de ser totalmente aséptica en la primera parte de la obra a enganchar a partir de la segunda mitad. Eso sí, siempre con el corazón encogido ante la dureza del relato de vida de Eddy, una dureza más sórdida y cruel que la que leímos en El amor del revés. Hay ciertas diferencias, claro: vida marcada por un pueblo en el que los destinos están diseñados desde el nacimiento y en función del género.

Nos parecía que el relato procedía de una época anterior, como unos cuarenta años atrás, pero no, estábamos ante la Francia actual y una idea muy desmitificada de la Europa de las libertades. Estableciendo un paralelismo con Galicia, sopesamos que aquí habría muchos pueblos más acogedores ante la idea de diversidad…

Para acabar con Eddy Bellegueule

Otro aspecto que nos suscitó nuestras dudas fue la cuestión de cómo tomaría su familia verse reflejada a través de su literatura. Pensamos, por una parte, que escribir este libro pudo ser un acto de redención, sobre todo tras leer en varias entrevistas con el autor que él entendía que la manera de comportarse despreciándolo se debía a lo inoculado por la sociedad. En este sentido, sobre la relación familiar, nos encantó cómo describió su entrada al Liceo con su flamante chándal nuevo, y cómo descubrió que este código no pertenecía al nuevo lugar donde él quería encajar.

A propósito de los códigos, notamos que efectivamente Eddy, convertido en Édouard, manifestaba el mismo clasismo que criticaba a sus orígenes, si bien llegábamos a comprenderlo desde el desdén a quien no supo apreciarlo por su pluma. Una pluma que, concluimos, fue el principal motivo de discriminación, ya que el personaje no desvela su condición sexual a nadie en ningún momento.

Club de lectura LGTB Queeruña

Acabamos la sesión con el intercambio de libros para degustar A Virginia le gustaba Vita y con una bella costumbre: ponerle punto y final al encuentro con unas cañas en un bar próximo al Ágora. Nos emplazamos para comentarlo el miércoles 15 de febrero a las 19 horas y, a quienes queramos, vernos un pelín antes en el encuentro del club de lectura de novela negra el 6 de febrero a las 20h en Berbiriana, quienes nos han propuesto el premio Planeta Todo esto te daré.

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